martes, 17 de abril de 2007

Quime...

La música y el color de los bailarines contrastan con una destartalada casa en cuyo patio central se realiza una de las tantas fiestas dedicadas al Tata Santiago. Alrededor de la pista de baile, los pilares de madera de eucalipto sostienen los restos casi abandonados de la que fue otrora una de las viviendas más importantes de Quime. Hoy es simplemente un salón de fiestas.

Pocos de quienes festejan son conscientes de que ese mismo lugar sirvió hace 72 años de prisión para oficiales navales paraguayos capturados durante la Guerra del Chaco. Pese a la conflagración bélica, los militares recibieron un buen trato por parte del entonces diputado por Inquisivi Teodomiro Urquiola, quien era, además, el propietario de la extraña casa-prisión.

Para hacer más llevadera la estadía de los prisioneros, Urquiola solicitó autorización para que los soldados pudieran realizar algún trabajo que les permitiera distraerse. La labor consistió en la construcción de tres kilómetros de la ruta entre Quime e Inquisivi, capital de la provincia con ese mismo nombre.

Cuando las hostilidades terminaron, los oficiales paraguayos, utilizando sus conocimientos navales, construyeron un barco a escala y se lo entregaron de recuerdo a Rubén Urquiola, hijo de don Teodomiro, que en ese entonces tenía dos años.